sábado, 30 de octubre de 1999



Desde el nombre hasta las manos, la más intrigante sensación.


La melodía de sus pasos, con su sonrisa de fondo, no sé si son. Quisiera que fueran para mí.


Haberla visto será mi alma y esperaré para algún día darle mis días a cambio de una mirada y una caricia de sus pestañas.