miércoles, 22 de febrero de 2006

Don

De chico mi madre siempre me decía dos cosas: que yo era muy inteligente y que yo tenía un don de Dios: la capacidad de desarrollar arte.

Con el paso de los años, a lo primero le presté más atención que a lo segundo y, poco a poco, me lo creí. Y no es que no sea inteligente pero crea que sí, no. Yo soy inteligente, me doy cuenta.
Obviamente mi madre se dio cuenta, ella y mis maestras y maestros, y me lo dijo.

Pero sobre lo artístico, por algunas razones, no desarrollé la creencia. Y ahora, tarde, me doy cuenta que mi madre tenía razón. Y si siempre le hubiera creído, ahora habría desarrollado mis habilidades mucho. En cambio, perdí tiempo en seguir otros lineamientos sugeridos por la vida.

Mi madre es una mujer sabia, mi padre no lo es. El me decía "vago", muchas veces, "vago", "vas a ser un vago", "eres un vago", "vago", "vago", "vago"... y un día mi mamá le gritó, deja de decirle "vago" que lo vas a volver un vago de tanto decírselo.

Mi madre sabía hace muchos años ya las claves para cultivar a una persona exitosa, pero mi padre no hizo más que obstaculizar ese proyecto y, no sé si consciente o inconscientemente, en cierta época, nos empezó a arrastrar a su propia crisis personal. Como era una figura familiar importante, lo que le pasara a él nos arrastraría. Como si pusieras una pesada esfera en el centro de una tensa sábana extendida en el aire, y las demás esferas medianas y pequeñas que se encontraran en la sábana fueran cayendo por la pendiente originada en la superficie de la tela por el peso de la gran esfera.

No sé que habría sido de mi vida y la de mis hermanos si es que mi madre no hubiera construido las asideras de dónde agarranos para no caer. Porque ella sola no tenía la fuerza para soportarnos a todos. Ella nos daba las herramientas y el criterio para usarlas. Y nosotros mismos nos fuimos salvando. Pero por eso, las cosas han sido más lentas, más difíciles. Mas algo hemos aprendido en este tiempo que muchos otros con procesos más fáciles y armoniosos no: sabiduría.

La sabiduría no es innata, la sabiduría se aprende y para eso se necesita humildad, experiencia, golpes, análisis, madurez e inteligencia emocional, se necesita una buena bolsa de Valores

1 comentario:

Tortuga Maldita dijo...

A mi me dijeron: "Te vas a morir de hambre!" Al final es estrategia para que no te atrevas a ser quien eres.