Manejar un tractor no es tan difícil como parece. Menos aun si has crecido en el campo, como toda mi familia. Sé manejar autos en la ciudad, y un tractor no es tan diferente… además, uno se acostumbra a todo.
He detenido el arado porque vi
algo brillar por el sol delante del vehículo. Piso la tierra húmeda y las botas
chapotean entre los charcos de la lluvia de anoche. Me acerco y me inclino para
recogerlo. Es un botón de plata, de
esos que mi abuela le contó a mi madre que a veces se le cae a un ángel de su túnica cuando llueve mucho.
Mi madre aceptó coser el botón
al cuello del vestido de mi abuela. Ahora una luz DE LUNA sale de su ataúd y la gente
se acerca a despedirse entre el miedo y el asombro.
Yo me
río para mis adentros y agradezco al cielo por el regalo de bienvenida.
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